
El beige fue considerado durante mucho tiempo como un color insípido y pasado de moda. En los últimos años, en cambio, este color disfruta de una nueva popularidad que lo ha llevado de vuelta al mundo del interiorismo. Los accesorios de hogar hechos con materiales naturales como el mármol o la arenisca contrastan estéticamente con los colores suaves. Las superficies mate y los artículos de color negro o dorado son ideales para suavizar los tonos beige y blancos, poniendo estimulantes acentos.
Despidámonos de la monotonía y demos la bienvenida a los colores y formas alegres. Tras conquistar el mundo de la moda, el Color Blocking se adentra también el mundo del interiorismo. Los diferentes bloques de color ponen expresivos contrastes en paredes, muebles, textiles y accesorios. Recuerde: Cuanto más colorido y llamativo es el tono de su artículo preferido, más sobrio y sofisticado ha de ser el resto de la decoración. Así se consigue un ambiente agradable que no sobrecarga la estancia.
La combinación de blanco y negro no sólo es un clásico en los armarios, sino que forma un contraste que, en realidad, resulta siempre moderno en cualquier parte del hogar. No nos sorprende, pues estos colores clásicos no sólo se combinan óptimamente, sino que, con sus tonos expresivos pero suaves, imprimen orden y calma en el hogar. Los detalles en color cobre complementan esta tendencia de interiorismo atemporal.
Las clásicos son una apuesta segura para Navidad. Los colores tradicionales de la Navidad, como el rojo y el verde, así como los detalles metálicos, no pueden faltar este año. Con diseños y estampados modernos se consigue un look actual y acogedor.
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