Cómo pulir cubiertos

Hay muchos paños adecuados para pulir cubiertos. Un paño de microfibra o de algodón suave suele ser suficiente para el acero inoxidable. En cambio, para los materiales más delicados es mejor usar un paño especialmente suave. Un paño de algodón sin fibras abrasivas es la mejor opción para pulir las cuberterías de plata. Con un paño extrasuave, tu cubertería Neufaden-Merlemont quedará como nueva en un momento.
Al pulir, trabaja siempre en sentido longitudinal para acentuar el brillo. Mantén el paño bien estirado y no lo arrugues innecesariamente. Utiliza un paño limpio y lávalo según las instrucciones del fabricante. De lo contrario, el detergente utilizado puede desbastar las fibras o provocar reacciones en el material de los cubiertos.

Cualquiera de los abrillantadores y las pastas para pulir cuberterías disponibles en el mercado ofrecen buenos resultados. También existen trucos de limpieza caseros para pulir los cubiertos, como el vinagre o el bicarbonato de sodio. Cuando elijas un producto, ten en cuenta el material de la cubertería. Los cubiertos de acero inoxidable, como los de la colección Mademoiselle de Villeroy & Boch, son bastante resistentes y pueden limpiarse con la mayoría de abrillantadores. En cambio, las cuberterías de plata o de acero inoxidable con una aleación de oro o plata son más delicadas, por lo que deben utilizarse abrillantadores específicos.
Independientemente del producto que utilices, debes emplear la menor cantidad posible. Si usas vinagre, dilúyelo en agua y, preferiblemente, pulverízalo sobre los cubiertos. Si recurres al bicarbonato de sodio, ponlo en un paño suave y húmedo, y aplícalo frotando despacio. Los abrillantadores profesionales también deben dosificarse para garantizar que las cantidades y concentraciones sean lo más bajas posibles y evitar posibles daños.

La humedad es un factor clave para el cuidado de los cubiertos. Aunque debes secarlos bien después de lavarlos, para pulirlos es mejor que estén algo húmedos. Según el abrillantador o truco de limpieza casero que utilices, humedece los cubiertos antes de empezar para conseguir los mejores resultados posibles.

Si utilizas un producto que se aplica con una esponja o un paño, puede ser útil humedecer los cubiertos previamente. Por ejemplo, el bicarbonato de sodio es muy útil para sacarles brillo, pero solo hace efecto si se aplica con un paño húmedo. Recuerda que esto solo es válido para el acero inoxidable resistente. Los cubiertos de plata son más delicados, por lo que deben tratarse con especial atención.
 

Hay varios aspectos que influyen los resultados del pulido. Aparte de las claves mencionadas anteriormente, intervienen también otros factores, como la temperatura de los cubiertos y la temperatura exterior. Cuando los cubiertos acaban de salir del lavavajillas, suelen estar muy calientes y reaccionan de forma distinta al pulido que los cubiertos fríos. Sin embargo, no existe una regla general que se aplique a todos los cubiertos. Todo es cuestión de experimentar y comprobar en qué condiciones se consiguen los mejores resultados.