Cómo limpiar y cuidar vasos y copas

Supongamos que vas a celebrar una agradable velada y servir un buen tinto en tus nuevas copas de vino Manufacture. Estas copas no son aptas para el lavavajillas, por lo que deben lavarse a mano. Te estarás preguntando cuándo debes lavar las copas de vino. Como el vino tinto puede dejar manchas antiestéticas en las copas, es aconsejable ponerlas en remojo esa misma noche. Al día siguiente, lava las copas con agua tibia y un chorrito de detergente lavavajillas. Te hará falta para eliminar la grasa de los labios y los dedos de la superficie de cristal.

Después de lavar a mano las copas de vino, acláralas de nuevo con agua tibia para eliminar los restos de lavavajillas. Esto es importante para evitar que en la superficie de las copas se formen franjas que impiden que el vino burbujee. Deja escurrir las copas unos instantes y sécalas con cuidado con un paño. Esto también evitará que queden manchas de cal en los vasos.

Puedes pulir tus copas de vino tinto para que brillen todavía más. Con un paño especial de microfibra o un paño de lino conseguirás muy buenos resultados. Consejo: Pon a hervir agua y baña las copas en vapor antes de pulirlas. Así no se formarán franjas y las copas quedarán especialmente brillante. Luego, pon las copas pulidas a contraluz para comprobar si hay marcas o pelusas en el cristal. Cuando estén completamente limpias, guárdalas en su caja original en el armario para protegerlas del polvo y las manchas.

Las altas temperaturas y los productos de limpieza agresivos corroen el vidrio y hacen que aparezcan pequeñas grietas en su superficie. Aunque esto no rompe los vasos y copas, en las zonas afectadas se depositan partículas, por lo que quedan opacos. Como la corrosión del vidrio no puede revertirse, es importante tomar medidas preventivas. Utiliza detergentes lavavajillas neutros y asegúrate de que la temperatura de lavado es baja. Esto también es aplicable a todos los vasos y copas de cristal de alta calidad de Villeroy & Boch, ya sean de agua, de vino blanco o tinto, de champán o de cerveza.

Los depósitos pueden evitarse dejando los vasos y copas en remojo durante la noche o aclarándolos inmediatamente con agua tibia. Para limpiarlos, se recomienda utilizar un paño suave de microfibra y un detergente lavavajillas neutro. Asegúrate de aclararlos después con agua limpia para evitar que se forme una capa gris.

¿Tus vasos no quedan limpios del todo tras pasar por el lavavajillas? Esto puede deberse al propio lavavajillas. El desagüe podría estar obstruido. Si el agua sucia no puede desaguar, entra en contacto repetidamente con los vasos y copas. Como resultado, las partículas de suciedad se adhieren a los vasos al secarse. Por eso es importante revisar el desagüe del lavavajillas y reponer la sal y el abrillantador.

Los depósitos de cal son antiestéticos y antihigiénicos. Para eliminar cuidadosamente la cal de los vasos y copas delicados y de alta calidad, sumérgelos en una mezcla de agua y vinagre. Primero, llena un pequeño recipiente de agua caliente. Luego, añade una o dos cucharadas de vinagre blanco y coloca los vasos y copas boca abajo en el agua. Transcurridos unos 30 minutos, saca los vasos y copas, acláralos y sécalos.

Imagina que has comprado un jarrón de cristal de alta calidad de Villeroy & Boch, como el de la colección Rose Garden, pero con el tiempo presenta antiestéticos depósitos de las flores. No hay problema: puedes hacer un peeling al vidrio. Para ello, llena el jarrón de agua y añade una cucharada de ácido cítrico, sal gorda y una cucharadita de cáscaras de huevo trituradas. A continuación, agita el jarrón con movimientos circulares. Esto desprenderá los depósitos. Pasados unos 30 minutos, aclara el jarrón con agua fría. También puedes utilizar este método para limpiar vasos y copas de agua o cerveza, por ejemplo.

Aquí tienes un pequeño truco para que tus vasos y copas brillen más al lavarlos en el lavavajillas. Añade bicarbonato sódico, un recurso de uso doméstico muy popular, al detergente para lavavajillas en cada ciclo de lavado. Con una cucharilla de café llena es suficiente. Tanto los vasos y copas como el resto de la vajilla quedarán relucientes. El bicarbonato también tiene un efecto desinfectante y neutraliza los olores.